Lactancia materna, rebeldía femenina

La lactancia materna y todo lo que ello implica va más allá de alimentar a tu hijo. Es un espacio que debe ser protegido por todos porque es el momento cuando la mujer se conecta con el bebé que llevó en su vientre, no solo lo alimenta, sino que se fortalece como mamá y como mujer.

Si bien la ley y la cultura en líneas generales promocionan y protegen la lactancia materna durante los primeros seis meses de vida del bebé, luego todo este apoyo se revierte porque es visto que llevar la lactancia más allá del año es “una sinvergüenzura” por parte de la madre y del bebé.

El hecho de que pediatras, familiares y opinólogos de profesión comiencen con la letanía de que “hay que comenzar a destetar” al bebé cuando comienza la alimentación complementaria es una forma de violencia de la que poco se habla, porque muchas veces proviene de la intención que el patriarcado adjudica a la tradición y costumbre.

La lactancia materna requiere que la mujer tenga una confianza increíble en sí misma y en su propia capacidad de alimentar al bebé, confianza que se ve afectada por algunas facilidades comerciales e incluso con propagandas disfrazadas con el tema de igualdad de género.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el ámbito mundial solo un 40% de los lactantes menores de seis meses recibe leche materna como alimentación exclusiva, y en todo el mundo, la tasa de lactancia materna continua descendiendo de un 74% a un 46% entre los 12 y los 23 meses de edad.

La lactancia materna más allá de los seis meses debe ser entendida como un acto de entrega voluntaria, un absoluto empoderamiento de la mujer que decide tomar este camino con todo lo que esta decisión conlleva. No debe ser condenada ni atacada por corrientes feministas radicales que lo ligan a la batalla del patriarcado de mantener a la mujer en el hogar y dejarla en el rol de madre.

Si eres madre, dar teta es un acto absolutamente demandante que asumes con bondad y entrega, que lo unes a tus demás roles. En lo personal, seguir dando teta a pesar de cualquier obstáculo es un acto de rebeldía, una posición reveladora sobre el poderío que tienes sobre tu propio cuerpo, un acto de amor absoluto.

 

Lisseth Mogollón

Coordinadora de Empoderamiento de la Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez)

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