‘La cultura es una herramienta para involucrarnos’

Timothée Lescot llegó a Maracaibo en octubre de 2016. Fue designado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia para dirigir la Alianza Francesa de la capital del estado Zulia, la más importante de la red de las Alianzas Francesa en Venezuela, fuera de Caracas.

El calor no fue la primera impresión de Maracaibo que tuvo el joven francés, fue la pobreza.

‘Viví en África y la pobreza que podemos encontrar allá no se parece a la de aquí, allá el ámbito es mucho más rural, aquí estamos ante un país que fue moderno alguna vez, pero las cosas que funcionaron se desmoronaron’.

Timothée trabajó como director de la Alianza Francesa de Madagascar. Su experiencia en administración y gestión cultural en el país africano, además de su dominio del idioma español, le permitió ser seleccionado para instalarse en Venezuela, que para entonces, ya se encontraba inmersa en una crisis social y económica generalizada.

Muy pronto, se dio cuenta que para el desarrollo de sus actividades culturales era imposible escapar del contexto. Por ello, el tema de su primera exposición fotográfica como director fue la migración.

‘La cultura no se trata solo de organizar fiestas porque sí y disfrutar simplemente, debe ser una herramienta para cuestionar el entorno social y político que vivimos, para involucrar a niños, mujeres, pueblos indígenas, poblaciones en situaciones de riesgo’.

La exposición fotográfica de la AFP sobre la migración venezolana era una invitación a la reflexión en torno al problema que viven los venezolanos. Esta propuesta nació también porque desde Europa están familiarizados con el tema de la migración y conocen la profundidad de las heridas causadas por la fragmentación de un país.

Trabajar el contexto

Uno de los libros favoritos de Timothée es Tristes Tropiques de Claude Lévi Strauss, un libro que empieza diciendo ‘odio a los viajes y a los exploradores’.

De allí que los héroes de Timothée Lescot no sean viajeros que vayan en búsqueda de aventuras y el descubrimiento de nuevos mundos, sino actores de la cooperación internacional que desarrollen proyectos enfocados en compartir conocimientos. 

‘Siempre quise conocer el mundo y la cultura de las sociedades. Me llamaban la atención los pueblos indígenas en América Latina y las tribus en África. Me emocionan mucho las sociedades tradicionales’. Siempre supo también que se iba a sentir bien en sociedades no tan cuadradas como la francesa. Nunca imaginó una vida cómoda y estructurada en su país natal.  ‘No es un escenario retador como el caos’, admite sin arrepentimientos.

Por eso, aquí en Maracaibo, para definir el tipo de trabajo que debía realizar, se enfocaba en comprender el contexto y analizar los recursos de la ciudad. ‘No se trata de negar, ni imponer una cultura fuera de la que tenemos en el Zulia, es trabajar en función a lo que hay detrás de la crisis’, comenta con entusiasmo.

Desde la Alianza Francesa, siempre se buscó una forma de proponer, acompañar y compartir espacios para el encuentro. Para Timothée, el país vive en un contexto donde es más necesario que nunca proponer desde la cultura.

‘En este tipo de situaciones siempre hay que crear movimiento. El dinamismo te mantiene vivo y creativo’. Pensando en ello, el mes pasado su equipo de la Alianza Francesa organizó en el Centro de Bellas Artes Ateneo de Maracaibo ‘La Fiesta de la Música’, una noche de conciertos con artistas nacionales y locales de renombre. ‘Es más que una rumba, es un espacio para que la gente se encuentre con sus amigos, salga de la realidad que vive en su casa y se llenen de una alegría necesaria para buscar fuerzas’.  

Encontrar momentos de felicidad para los marabinos fue una de sus grandes motivaciones para organizar todo tipo de actividades. ‘Los marabinos son muy buena gente. Demasiado, diría yo’. Antes de llegar le advirtieron que en Venezuela la gente era peligrosa, pero desde su punto de vista, fue todo lo contrario ‘aquí la gente es muy atenta’.

Durante su gestión, Timothée Lescot apoyó la realización de diversas actividades culturales en Maracaibo desde el sector público y privado. Las ediciones de FotoMaracaibo, la Fiesta de la Música, el mes de Francofonía, talleres de poesía, pintura y fotografía, fueron algunas de las variadas actividades que contaron con su auspicio.

Al cuestionarle que aprendizaje se lleva de sus tres años de estancia en Maracaibo, el joven francés medita por largo rato antes de contestar. ‘Quizás me volví una persona más sensible, porque aquí tienes que ser muy sensible a lo bello y a lo poético para percibirlo, porque está enterrado o escondido. Por eso hay que cavar y sacudir el polvo como un arqueólogo para encontrarlo y ponerlo a la luz’.

 

– Prensa Codhez
– Foto: María Alejandra Sánchez 

‘La cultura es una herramienta para involucrarnos’

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