Ensayo fotográfico por Betzabeth Bracho

El ensayo fotográfico esta basado en el Liceo Rafael María Baralt en la actualidad,  institución que hoy alcanza 181 años de trayectoria, el cual tiene él tiene el título de ser el primer plantel oficial del Zulia. Representa el deterioro tanto de la educación en el Sector público como del país, en el cual suceden acontecimientos y hechos que generan consecuencias graves por la falta de seguridad, voluntad, interés, apatía y mala gestión por parte del Estado y la falta de participación de la sociedad.

Fue justo  un 19 de abril de 1839 a solo 29 años de la declaración de la libertad del país cuando la cámara de diputados aprobó la creación en Maracaibo del Colegio Nacional, luego llamado Liceo Rafael María Baralt, en 1936. Su nombre, fue propuesto por Lossada, rindiendo homenaje a Rafael María Baralt, historiador, periodista y poeta, soñaba con un país libre. El zuliano que se convirtió en el primer americano en ocupar un millon en la Real Academia de la Lengua.

La educación es una de las formas de generar cambios y transformación en la sociedad y es preocupante lo que ha sucedido en los últimos años y aun peor en este momento de emergencia humanitaria compleja, una pandemia que pone en riesgo la forma en que vivimos y el futuro. Visibilizar el estado en que se encuentran algunas instituciones públicas podría hacer un llamado a la acción por parte del Estado, los gremios de profesores y la ciudadanía.

Según el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, la educación es un derecho humano intrínseco y un medio indispensable de realizar otros derechos humanos. Como derecho del ámbito de la autonomía de la persona, la educación es el principal medio que permite a adultos y menores marginados económica y socialmente salir de la pobreza y participar plenamente en sus comunidades.

La precariedad de los ingresos hace cada vez menos atrayente el ejercicio de la docencia, considerando además los riesgos del momento actual y el deterioro creciente de las instalaciones escolares, especialmente las de la red de educación pública que abarcan el 80% de la población escolar, lo cual complica la posibilidad de tener las condiciones de bioseguridad para el regreso a las aulas en el futuro.

La pandemia ha puesto de manifiesto las graves carencias que desde hace tiempo nos vienen afectando: la escasez y carestía de alimentos, acceso al agua potable, las deficiencias de nuestro sistema de salud, el alto costo de cualquier medicina, la escasez de transporte público, la falta de gasolina, el servicio de internet y telefonía móvil.

La brecha entre una minoría con acceso a recursos tecnológicos y a la información y una mayoría de estudiantes que se están quedando al margen de la educación constituye el principal desafío del momento actual. La falta de conectividad o la mala calidad del Internet en Venezuela dificultan tener acceso oportuno y eficiente a la información por parte de estudiantes y también de docentes.

En Venezuela no se garantiza el acceso a internet siendo el servicio básico necesario para continuar la educación a distancia, siendo esta la única modalidad posible en la actualidad. . El Observatorio Venezolano de los Servicios Públicos presentó en junio un reporte sobre la percepción de los usuarios a nivel nacional, destacando que solo 34% confirmó tener acceso al servicio de Internet fijo en el hogar entre abril y mayo. De estos, casi dos terceras partes indicó que su servicio no tiene capacidad suficiente para trabajar o recibir clases en línea.

Esperamos que en el futuro las clases presenciales sean posibles, sin embargo sin medidas de bioseguridad, un deterioro en las instalaciones, los salarios precarios y la falta de transporte pone cuesta arriba imaginar cómo será posible esto en un futuro cercano. No podemos permitir que la educación sea dejada a un lado entre las prioridades post pandemia, la educación es la base de la sociedad y sin ella tendríamos una crisis social aun más peligrosa.

 

Betzabeth Bracho
C.I  V-24617404

Betzabeth Bracho