Maracaibo solitaria: ya no es tan mía porque no está(n)

¿Qué es una ciudad sin habitantes? Un espacio, sin organización, sin estructuras, sin vida.

Por Ivanna Márquez

 

A propósito del cumpleaños 491 de Maracaibo, debo exclamar una realidad: la ausencia de su gente, aunque propia de la añoranza eterna marabina, cada vez es mas presente en sus calles y en mi día a día. Y es que cada vez comparto menos el sentimiento de Udón, porque ya la ciudad no es tan mía y es más cuna de mi ida, no porque me haya ido de ella, sino que, aun estando en su presencia la siento perdida, como un muerto querido, los mismos que huyeron recordando lo mejor, la que llenaba mi boca, la Maracaibo mía.

Maracaibo se siente solitaria, las calles parecen una representación gráfica de todas y cada una de las gaitas protestas que callaron por censura, el marabino camina por las calles cabizbajo, apagado y el sabor amargo de no poder estar con muchos de quienes amas la hace aún más difícil de soportar. Es como si hubiésemos sido despojados de nuestra alegría natural.

Aunque pequeños indicios de felicidad se asomen gracias a logros cotidianos, la añoranza propia del marabino regresa constantemente a recordarnos lo bueno que eran esos momentos dónde disfrutábamos de la compañía de cada uno de los que no se encuentran en esta tierra que no hizo más que unirnos y hacernos inseparables en un momento.

Cada vez que recorro un lugar cuyo destino solía ser una sensación de primera vez, un susto bueno, la emoción de ver a los tuyos es como si lidiara con el más grande de los duelos y sé que no sólo me pasa a mi: ella, ellos, todos los que tuvieron que salir, les pesa en el alma no abrir las puertas de su casa y conseguir el olor familiar, a los queridos en la sobremesa y la llamada de quienes iban a ver más tarde.

Ivanna Márquez